Nieblas densas al amanecer que no dejan ver el río
ni mis sueños;
un sol timido hacia las diez que no calienta las caras
ni mi corazón;
los pájaros han huido hacia el sur, y las cigüeñas,
buscando más calor, más luz,
y yo me he quedado;
los árboles han perdido sus hojas, los inquilinos de sus nidos,
los besos de los enamorados,
y yo me he deshojado a la par;
las tardes son más cortas, se hace de noche pronto,
el frío es muchas veces casi insoportable,
y a mí me queda poco tiempo, y tiemblo,
y se me hace insufrible la vida;
la noche es larga, implacable, azota mis miedos
y me atenaza el insomnio, y no acaba,
y yo quiero dormir, descansar almenos esta vez,
una vez, solo una vez,
en este otoño que no acaba nunca, que no tiene salida,
que no se puede ver porque las nieblas densas al amanecer
no dejan ver el río
ni mis sueños.
Jesús Jiménez Reinaldo
2º. Premio en el VI Certamen Ataecina
2º. Premio en el VI Certamen Ataecina
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