viernes, 7 de septiembre de 2012



8 de septiembre
Día de Extremadura

                              "...qui perd els origens, perd identitat"

Raimon.
 
CANCIÓN SIN PENTAGRAMA, PARA UNA NOVIA IMPÚBER.

Álgido el sol recoge
efluvios de jara y de tomillo,
sones de arroyo y de cigarra.
Y el volar incesante de la tarde
se dora en extensión por amapolas,
que surgen de la sangre de la tierra
por impregnar el aire de los campos,
haciéndolo visible en primavera.

         - * -                                  - * -
Los convidados a la mesa
ocupan su lugar en el entorno.
En una esquina, seria y taciturna,
está la encina, al viento la enramada,
le acompañan el sol y los olivos,
las riveras, las piedras y los puentes,
el monótono eco de cencerros al alba,
los vetustos canchales del otero
y el cerro que presenta su peinado
de trigo rastrillado en líneas uniformes.
En las copas, el vino
da brillo a la esperanza y riega las raíces.
Los manjares se ofrecen
con calidez de mies y fruta en el verano.
Y la música impone un ritmo sosegado
que implica el digestivo
resultado esperado por el tiempo.

             - * -                                  - * -
Las manos de alquimista
recolectan los frutos dorados y suaves,
y así llena el crisol mezclando el contenido
de donde salga el nombre que lo define todo.
El paisaje se funde en los sonidos,
la música en el agua y con el viento.
También la ceremonia engloba a los testigos.
Todo es voraz molino aglutinante.
Las raíces, la historia,
las luchas, los caminos,
el polvo del secano, el barro de las huertas,
las muchachas que ríen con el cántaro de agua,
el niño, que impotente, llora su poca fuerza.
El olor a taberna, la tierra removida,
es pasto triturado por el aspa o la mano
y esos fuertes muchachos que salen de paseo
con la camisa blanca y aroma de colonia.

                - * -                          - * -
Muy lentamente, el humo, descorre la cortina,
un olor fresco y nuevo va invadiendo la estancia,
se perfila el extremo de la obra resultante,
con todos sus defectos, con todas sus virtudes,
con pasado y presente gravado en la corteza,
con todo su futuro pendiente del destino,
con su marca imborrable de siglos y por siglos
remarcando su nombre rutilante en el aire,
consecuente, rotundo y tenaz: Extremadura.

J. S. del Viejo.

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